Hoy en día la crisis sigue siendo un gran
problema para la gente de todo el mundo. A causa de la crisis cientos de
personas pierden su trabajo, se quedan sin dinero y, por lo tanto, sin tener la
seguridad de poder seguir pagando el piso y las numerosas facturas del día-día.
A parte de esos problemas que causa la crisis, también consigue que la gente
muera de hambre. ¿Pero por qué la gente no hace nada para remediarlo?
La mayoría de la gente suele gastar su
dinero en caprichos como, por ejemplo, unas zapatillas que están de moda o un
coche nuevo. Esos antojos, incluso en época de crisis, siguen siendo saciados.
Tal y como dice, por ejemplo, en una entrevista Pérez Reverte, la gente no está
de acuerdo con lo que los políticos hacen o dicen y que piensan en ir contra la
crisis, pero que, a la hora de entrar en acción, no acaban haciéndolo. De vez
en cuando se hacen manifestaciones para mostrar que no están de acuerdo con lo
que dicen, pero eso no es suficiente. Se necesitaría hacer una rebelión, algo
desmesurado para obligar a los políticos a cambiar su forma de hacer las cosas
y así, en vez de ayudarse a sí mismos ayudar a los más necesitados. Un ejemplo
que aparece en la entrevista al escritor Pérez Reverte es el movimiento 15M. El
escritor revela que si hoy hubiera un movimiento como el 15M, entonces, tal
vez, se conseguiría cambiar las cosas porque en ese momento todo el mundo salió
a la calle, toda la gente estaba dispuesta a luchar y de esa manera se
conseguiría mejorar, pero ahora la gente no hace nada de eso.
Aunque la gente no tenga dinero suficiente
como para llegar a fin de mes, consigue sacar el efectivo necesario para irse a
ver la final de la Champion, por ejemplo. Los deportes, en concreto el fútbol,
atrae la atención de la mayoría de los ciudadanos y, cuando se trata de fútbol,
al parecer, todo el mundo tiene dinero aunque estén en crisis. Si hace falta se
van al país en donde se juegue la final, aunque cueste mucho dinero, sólo para
ver jugar a un equipo cuando tienen la posibilidad de hacerlo desde casa,
viéndolo por televisión. Por ejemplo, cuando el año pasado el Athletic llegó a
la final de la UEFA, jugó contra el Atlético de Madrid en Bucarest; miles de
aficionados fueron capaces de conseguir una entrada carísima y un viaje a
Bucarest, que era de todo menos barato, para ver una final de fútbol cuando en
ese año en España había crisis y la gente se moría de hambre. Hay caprichos que
ni tan siquiera con la crisis consiguen dejarse a un lado.
Al final, tanto haya crisis como no, la
gente siempre se acaba gastando el dinero en moda, en gustos o en sus propios
antojos. La mayoría de la gente quiere que la crisis acabe especialmente para
poder permitirse el lujo de comprarse todos esos deseos. En vez de intentar
cambiar las cosas para que la gente pobre en época de crisis no sea tan pobre y
para que los ricos no sean más ricos, prefieren preocuparse por sí mismos, ya
que si de verdad les importara lo que ocurre a causa de la crisis, harían una
revuelta para impedirlo.
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